Meretrices a las puertas del Congreso,
Reclamando el perdón para los presos.
La Paz de un conflicto
del que son los muertos, míos.
¿Donde estaban esas zorras y sus rosas,
Cuando yo sostenía los cadáveres,
y arreciaban oleadas de sangre en las aceras
y el frío pétreo de la muerte me atería.?
¿Dónde estaban esas viejas plañideras,
que hoy reclaman que se incumpla la justicia.?
¿Dónde estaban esas progres de bandera
que hoy negocian con la sangre de mis hijos?
¿Celebrando quizá con los verdugos
O encamadas como perras con sus chulos?
¡Pero no muriendo, como yo, por los caídos!
Yo quiero ver mi tierra liberada,
no sometida al puño terrorista.
Callada, no silenciada
por la expansión del miedo,
no contando muertos y cicatrices,
ni abrazando vacíos irreversibles.
Serena,
no hostil, propagando traiciones
no amasando venganzas ancestrales
enquistadas en la noche eterna.
¿Nadie vio los cuerpos desmembrados?
¿Nadie oyó los gritos lacerando
cada rincón del alma asesinada?
Nadie midió la dimensión del miedo,
el espanto emergiendo de las simas
invadiendo los instantes como el humo,
extendiendo violento muerte y ruinas?.
¿Nadie sintió el dolor brotando a chorros
como un silbido helado y lacerante?
¿Y la fatiga caminando errante
buscando explicaciones y consuelo?
¿ Porqué?
Mis hijos están muertos
en medio de la calle, con un tiro en la nuca.
Muertos
en medio de la calle, en un mar de pólvora.
Muertos
En medio de las bestias.
Ellos no enarbolaban banderas,
no empuñaban pistolas, ni blandían armas.
No emergían de las trincheras
como chacales acorralando con furia al enemigo.
No eran combatientes.
Eran hombres, en medio de las bestias
Eran niños, en medio de las bestias.
Eran mujeres, en medio de las bestias
Mujeres, no milicianas de relincho fácil.
Hombres, no soldados de guerras arcaicas
Niños, sin fantasmas frente a la vida.
Ellos eran el futuro y están muertos.
Ellos están muertos. Yo de luto.
De luto, inamovible.
De luto, inquebrantable.
De luto hondo, de luto a voces
reclamando justicia,
Ondeando pañuelos blancos con sus nombres,
como las madres, como las abuelas argentinas
Paseando por las plazas con sus nombres,
Sin tregua,
Reclamando justicia hoy y siempre.
La tierra donde yacen nuestros muertos
maldice el perdón y al que perdona al asesino.
Ellos están muertos
Nosotros recordándolos.