miércoles, 11 de noviembre de 2009
Esta paz de la que hablas
Mi paz, está enterrada hace mil años
Mi paz, no es una mano clandestina
Ni un varón acojonado en un escaño
Mi paz está escrita con sangre en la arena
Escrita con metralla en el cemento
Está escrita con lluvia helada
Con cristales de hielo y frío viento
Esta escrita en la carne a fuego vivo
Esta escrita en el alma a fuego lento
La paz de la que hablo tiene rejas
Acero gris para encerrar el miedo
No es una onda expansiva
arrasando personas y sueños.
Es, una ley sin fisuras redentoras
es, la justicia, sin la urdimbre del engaño
no es, arrancarse el rencor en carne viva
es emerger de las tripas del naufragio
no es comerse la rabia a palo seco.
Es moldear el paroxismo con las manos
La paz de la que hablo, no es moneda
Ni un requiebro abolido, desgastado,
La paz de la que hablo, tiene vida
Es corona de espinas, sudor negro,
...... Sábana santa, sudario.
La paz de la que hablo tiene mil nombres
Cincelados en el mármol de la historia
ajenos al olvido de los necios,
presente en la memoria de los sabios
La paz de la que hablo esta escrita
En los rostros de mil madres
..... Y en sus labios.
Esas doñas siniestras
.....de escenarios dudosos
que cabalgan a lomos
.....del primer cagapan.
Las que ofrecen solícitas
.....rosas blancas
que en su idioma benéfico
.....significan, PERDON.
Esas viejas demócratas
......de edad indefinida,
que se pasan por alto
.....mil años de dolor,
podrían llevar sus rosas
.....y su labor benéfica
a la CUBA de Castro
.....el gran libertador.
Allí donde el que piensa
......ha de hacerlo en voz baja
Y se pudre en la cárcel
......el que tose sin ton.
Allí donde las doñas
......se llaman jineteras,
......donde a los mercenarios
......se les cubre de honor.
Allí donde el poder
......se llama Socialismo
......las rosas blancas marchitan,
......las damas, no alzan la voz
......adornan con banderitas
......el paso del dictador
De par en par se abrió la puerta
Y la sombra oscura envileció el aire,
El sagrado silencio sintió el hálito amargo
y la esperanza lloró con un llanto inaudible.
Temblaron los cuerpos,
desgarrados por el mismo dolor
de tantas otras veces,
y una rabia subterránea se propagó
desde todas las latitudes
hasta el centro mismo del universo.
La tela de araña se extendió ante nosotros
custodiando todos los horizontes,
el Infierno reptando por todas las superficies
dejando su baba tóxica
en cada uno de los rincones,
extendiendo su alambrada de férreos aguijones,
extendiendo la noche y sus mordazas,
multiplicando el miedo y los enemigos.
La mano cobarde abrió la puerta
Y los verdugos apalean la calle.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Marilobi
un escalofrío perenne
la noche crece implacable
el silencio es transparente
traspasando el agreste plenilunio
tus cuatro patas de ébano
cabalgan hasta la muerte.
Que rastro maldito te llevo al asfalto,
que imprevista presa cruzo tu camino,
que botín caprichoso te mostró la luna,
que terrible confianza te cegó el instinto
que requiebro fatal te cerro la huida,
que carrera canalla te arrojo al abismo.
La libertad te arrastro a un destino inevitable,
al zarpazo metálico que te arranco la vida,
tu mirada cómplice no alegrara mis ojos,
tu noble presencia, no llenara mis días,
ni velaran mis pasos tus pasos compañeros,
ni tus hermosos ojos despertaran envidias.
Estará tu trote alegre andando otros caminos,
Allí donde los perros patean las estrellas,
y escarban jardineras de huertas celestiales
esperando a que vaya a buscarlos su dueña.
luciérnagas de hierro
siguen atravesando el monte sin recato
Rugiendo en el ascenso los motores impotentes
Por el asfalto negro siguen reptando las luces,
en procesión los férreos penitentes
fragmentando la noche a intervalos,
negándole el silencio y la penumbra.
Contaminando la calma perfumada
la indescifrable secuencia de sonidos,
como una letanía de lamentos,
como una advertencia amarga
como una frontera larga, blanca y fosforescente
como un grito, que no detuvo tus pasos
como una oración obligada a repetirse eternamente.
Ya no estarás mas por las mañanas,
el amanecer te llevo lejos,
al lugar
donde corren sin cautela los conejos
a salvo de infranqueables carreteras
te imagino incansable
cruzando las anchuras,
subiendo laderas,
bajando cuestas,
trillando las distancias con tus patas,
pespunteando el horizonte con tu cuerpo,
partiendo el universo en dos mitades,
oteando el aire, siempre alerta,
escapando de tu propia libertad
volvías a vigilar mis pasos,
y de nuevo tus ojos azules escudriñando el aire
de nuevo tu pelo negro
zigzagueando entre los pinos,
removiendo las hierbas,
y el olor del romero impregnándote,
el olor del monte mordiéndote los flancos
dándote alas.
Te imagino pateando los charcos,
escarbando en la arcilla,
los días de lluvia eras del color de la tierra,
ocre, siena tostada, roja.
Te imagino
acarreando zapatillas y guantes,
enterrando en la jardinera
madelman decapitados
junto a un mendrugo.
Te imagino
Sentada en el borde de la alberca
dominando el camino
espectadora única del paso del tiempo
omnipotente en tu atalaya,
desafiando al calor
y al clamor de las chicharras
sobre la losa fresca
y a la hora de la siesta
buscando la penumbra de la casa
abandonándote a la indolencia
cansada, ajena, indiferente.
Te imagino
escapándote al anochecer,
volviendo a estremecer el crepúsculo
con tu trote,
merodeando expectante, ansiosa
rasgando las distancias verdes,
removiendo los perfumes acres ,
salpicando de temblores los silencios
con cada salto.
Invulnerable sometiendo a la noche
Diluyéndote etérea en la espesura
Dueña del tiempo y del espacio,
Bebiéndote la vida a grandes sorbos
Te imagino
Impalpable reclamando mí presencia,
Danzando en torno a mi agradecida,
Impaciente, apresurada
golpeándome los pies con el hocico
gesticulando incrédula
presumiendo el paseo,
amoldando tus pasos a mi ritmo
en el cenit de la tarde caminábamos juntas
los caminos vacíos,
en medio de los ladridos insultantes,
tu paso señorial e indiferente,
absorta , saboreando el momento
quizás con un asomo de desprecio
a las amenazas presas,
sabiéndote libre, única .
sabiéndonos libres, únicas,
solas, sin prisa.
Te bebiste de un trago la sangre de mis hijos.
la sangre de mis hijos.
Convertiste en carnaza
... sus cuerpos mutilados
Arrojaste aún calientes
... sus miembros a la plaza,
... a la arena infernal.
Quemados y rotos los rostros inocentes
Espectadores atónitos de su propia masacre.
Náufragos en sus despojos.
Autores póstumos de su hora más negra.
Y las bestias famélicas
... en la arena infernal,
pisoteando un crepúsculo
de ojos vidriosos.
Devorando las vidas preciosas.
Extendiendo la noche interminable.
incubando el germen del odio.
¿Qué precio le ponemos a las lágrimas?
¿De qué forma cuantifico el sufrimiento?
¿Cuánto valen los años no vividos
de los muertos?
FAUNA MEDIÁTICA. CAPÍTULO PRIMERO
La atmósfera, más concretamente la próxima troposfera,
es el hábitat de las mariconas místicas,
que fluctúan entre el cielo y al tierra levitando como
arcángeles insustanciales sin encontrar su sitio. Pasan de
forma ininterrumpida por una inacabable metamorfosis,
tratando de suavizar sus rasgos inicialmente masculinos,
que de forma paulatina se van afeminando y finalmente
se pierden engullidos por ese aspecto asexuado de
memos traslucidos al borde del éxtasis. Son seres
semietereos siempre próximos a la transfiguración que
atrapados en la inopia deambulan enajenados,
negándose a un olvido sacrílego.
En la zona baja del sórdido entramado arbóreo,
comparten nicho ecológico con los micos aulladores,
las mariconas parlantes, estas cotorras practican su
verborrea fácil e hiriente a diario, sacando a relucir
los trapos sucios del famoseo sin ninguna compasión.
Es esta una canalla irreverente y malévola que
micciona sobre los sentimientos de la gente poniendo
al límite la paciencia del más cauto. Disfrazados
de periodistas, hablan, proclaman, inventan,
difaman y manipulan la información a su antojo,
hurgando en los entresijos de la privacidad,
extendiendo el hedor del cotilleo a horizontes
ilimitados, volcando sus frustraciones y su
falta de talento, en el despiece ético y estético del
sustrato que metabolizan. Carroñeros de vuelo
bajo que apestan por su insolencia y su procacidad,
pretenciosos que se creen coronados por la
lucidez de los sabios.
Patéticos quejicosos que medran en la
polvareda de la desinformación y súcubos que
vierten el vómito de la maledicencia, incitando a
la puja en esta subasta de excentricidades.
miércoles, 20 de mayo de 2009
Las doñas de las rosas blancas
Meretrices a las puertas del Congreso,
Reclamando el perdón para los presos.
La Paz de un conflicto
del que son los muertos, míos.
¿Donde estaban esas zorras y sus rosas,
Cuando yo sostenía los cadáveres,
y arreciaban oleadas de sangre en las aceras
y el frío pétreo de la muerte me atería.?
¿Dónde estaban esas viejas plañideras,
que hoy reclaman que se incumpla la justicia.?
¿Dónde estaban esas progres de bandera
que hoy negocian con la sangre de mis hijos?
¿Celebrando quizá con los verdugos
O encamadas como perras con sus chulos?
¡Pero no muriendo, como yo, por los caídos!
Yo quiero ver mi tierra liberada,
no sometida al puño terrorista.
Callada, no silenciada
por la expansión del miedo,
no contando muertos y cicatrices,
ni abrazando vacíos irreversibles.
Serena,
no hostil, propagando traiciones
no amasando venganzas ancestrales
enquistadas en la noche eterna.
¿Nadie vio los cuerpos desmembrados?
¿Nadie oyó los gritos lacerando
cada rincón del alma asesinada?
Nadie midió la dimensión del miedo,
el espanto emergiendo de las simas
invadiendo los instantes como el humo,
extendiendo violento muerte y ruinas?.
¿Nadie sintió el dolor brotando a chorros
como un silbido helado y lacerante?
¿Y la fatiga caminando errante
buscando explicaciones y consuelo?
¿ Porqué?
Mis hijos están muertos
en medio de la calle, con un tiro en la nuca.
Muertos
en medio de la calle, en un mar de pólvora.
Muertos
En medio de las bestias.
Ellos no enarbolaban banderas,
no empuñaban pistolas, ni blandían armas.
No emergían de las trincheras
como chacales acorralando con furia al enemigo.
No eran combatientes.
Eran hombres, en medio de las bestias
Eran niños, en medio de las bestias.
Eran mujeres, en medio de las bestias
Mujeres, no milicianas de relincho fácil.
Hombres, no soldados de guerras arcaicas
Niños, sin fantasmas frente a la vida.
Ellos eran el futuro y están muertos.
Ellos están muertos. Yo de luto.
De luto, inamovible.
De luto, inquebrantable.
De luto hondo, de luto a voces
reclamando justicia,
Ondeando pañuelos blancos con sus nombres,
como las madres, como las abuelas argentinas
Paseando por las plazas con sus nombres,
Sin tregua,
Reclamando justicia hoy y siempre.
La tierra donde yacen nuestros muertos
maldice el perdón y al que perdona al asesino.
Ellos están muertos
Nosotros recordándolos.
Atentado al cuartel de Zaragoza
Hay cunas vacías y rostros angélicos,
chupetes y muñecos desmembrados
entre los escombros.
Tiovivos sonoros y autómatas bailando
entre los escombros.
Niños rotos entre los escombros,
Hombres segados bajo los escombros,
Mujeres arrancadas de un golpe de la vida,
Cuerpos inmóviles arrojados a la calle
por la onda expansiva .
No respetó la bomba la limpia madrugada
Reventó en el silencio del claro amanecer
Atravesó la aurora, silbando la metralla
Acuchilló los tímpanos,
Bateó la espalda a golpes secos
Socavó los cimientos,
Doblegó las estructuras
Extendiendo sobre el suelo
un mar de escombros.
En el aire el fuego cárdeno
expandiéndose.
Un polvo denso irrespirable.
Y el dolor abarcándolo todo,
escapándose del alma a borbotones,
bebiéndose las lágrimas
de los transeúntes,
escarbando con las manos
entre los escombros.
Y el dolor ,buscando a Dios
entre los escombros.
Yo tengo el perdón………….. y no perdono
Tengo la misericordia……… … y no la ejerzo
Tengo la piedad ……………………y me la trago
La clemencia………la perdí buscando a Dios
entre los escombros .
domingo, 22 de marzo de 2009
viernes, 20 de marzo de 2009
SE LLAMA ZAPATERO
arrastrando el terror
desenterrando cadenas y mordazas,
sacando el polvo de los muertos
a la plaza.
Resucitando huesos de hondas raíces,
Sacando del olvido
rencores viejos.
A golpe de látigo, pala y pico
Vuelan los muertos de sus fosas
al cauce seco de los surcos .
Dejad los combatientes de la ira
la rabia en la salmuera del silencio,
dejad que los hijos de los vivos
convivan , con los hijos de los muertos.
Deja al llanto salobre ,ser rocío
Deja al tiempo limando cicatrices,
Y a los muertos hundiendo sus raíces
En la sima de la tierra vertebrada
Deja a tus muertos y mis muertos quietos,
Ni pasto del olvido, ni olvidados
Muertos………….
Muertos…………
Del fuego enemigo en las trincheras.
Muertos…………
Por la indómita canalla.
Muertos………..
Por la mano justiciera
Después de la masacre y la batalla
Muertos por la férrea dentellada
de la intolerancia negra,
de la injusticia y la tralla.
Deja a los muertos la paz
Y el susurro de los rezos.
Deja a los muertos en paz
Sus cenizas en silencio
Deja la tierra sagrada
Esté o no, en los cementerios
Arroja
A la Fosa común del olvido
los mástiles de las banderas,
las razones del luto,
y la victoria.
Cal ,en la fosa común del olvido
Cruces blancas por las victimas
Sin nombre.
Cruces blancas por los hombres.
SIN AMPARO
rodea tus ojos
Una blancura nívea
arde en tu cara
Un silencio de siglos
besa tu boca …………
y la muerte implacable
te robó el alma.
¿De qué profunda oscuridad
Surgió la sombra?
¿De qué piel escamosa
brotó el veneno?
¿Qué mente incendiaria
extendió la orden?
Que nos dejo perdidos…….
Llenos de miedo.
Que clamor,
Vomitó tanto silencio.
Que mecánica errónea
Legitimó tu muerte
En que vuelo traspasaste el horizonte
En qué viento cabalgó la mala suerte
Que mal fario
Dilapido todo tu tiempo
En que cielo refulgió tu frió inerte
¿Por qué la sangre
Se te quedo quieta?
¿Por que la vida
No fluyó en tus venas?
Por que la luna te beso la frente
Y su frió brutal, decretó tu pena
Vimos absortos
Como te marchabas
Maniatados por el pánico de la derrota
Con la rabia en los ojos
Secos de lágrimas
Y la amargura hundiéndose en los costados
Y la ira oprimiéndonos la garganta
Indefensos, golpeados
Ciegos de dolor,
Solos…….. Sin amparo
Derribados por el ímpetu
De tu mala estrella,
Por la pétrea quietud
De este día amargo
La cólera ocupando los minutos
El tiempo balanceándose en tu mortaja,
y en los rostros atónitos,
y en las bocas silentes,
en las vagas miradas,
El tiempo esculpiendo el vacío que nos dejas
Afilando sus aristas metálicas
Cincelando la soledad a golpes secos
Tallando tu ausencia a martillazos
.
Y un silencio de plomo llenando el aire,
Ocupando el espacio,
ahogando quejas .
un silencio de plomo tiembla en los labios,
y la tarde de acero te abre las puertas,
un silencio de plomo,
un silencio de bronce y campanas quietas.
Qué madre no aguantó el dolor contigo
arañando el áspero vació de su vientre
Qué madre no murió ese día contigo
desafiando los implacables cimientos de la muerte
Qué madre no beso tu frente lívida
con un beso redentor e ilimitado
Y te negó el último amparo.
La última bendición,
La última mano.
Si Dios sabe perdonar,
Que la perdone
Pero no en mi nombre,
Ni en el nombre del resto de las madres
Ni en el nombre de la tierra
que alberga la semilla,
ni en el nombre del sol
que la germina.
Yo no se perdonar,
ni quiero
A SANDRA PALO
Para llorar por ti.
Me sobra el tiempo y las ganas
Para rezar por ti
Me sobran las razones
Para gritar de rabia
Para no perdonar ni ahora
Ni en mil años
Para exigir justicia.
Para pedir que no haya sol
Ni pan,
Ni agua,
Ni perdón,
Ni misericordia,
Ni piedad,
Ni reinserción
Ni caminos de tierra,
Ni caminos de asfalto, fuera de las rejas del penal.
Quien tiene el poder de perdonar
Por el daño que hicieron a otros.
Con que palabras
Se da voz a los muertos,
Con que luz
Se iluminan sus tinieblas,
Con que argumentos
Se justifican sus muertes
Con que pañuelos
Se enjugan las lágrimas,
Con que magia
Desaparece el dolor
El dolor que se enquista
En el pecho de una madre,
Y no permanece larvado,
Y no lo mitiga el tiempo,
Ni la fe,
Ni siquiera la justicia,
Que justicia
Devuelve la vida a un inocente
Que justicia
Devuelve la paz a los suyos
Que justicia
Destierra la locura del alma
Que justicia desarraiga
El dolor de la sangre
Quien soy yo para perdonar
Quien es nadie para perdonar
Ni en nombre de Dios
Ni en nombre de la ley,
No hay perdón para los miserables
Que siegan el destino de los otros
No hay perdón.
Solo una madre tiene el poder de perdonar.
Y una madre
No perdona ni a Dios
La muerte de un hijo.
INQUISIDOR DE LAS IDEAS QUE NO SON TUYAS
Idealista de holgada faltriquera, sin más Dios, ni más ley que la moneda
Aludid de vicios caros y jolgorios
Necio supremo
Sumergido en tu propia incongruencia
Presumes de tus propias sinrazones
y te ocultas en la urdimbre
que entretejes
y no oyes
y no ves
y escondes formalmente los cojones
y te callas como afónico profundo
y, pasas de puntillas
si no toca, no se airean las miserias
si no duele, no se lloran las ausencias
Los bufones y su épico silencio
Los bufones y su ética incendiaria
Los bufones una raza solidaria
Casta de rateros del andrajo
Mártires de la holganza
Guerrilleros de pueblos sin bandera
Chamanes de patrias bananeras
Quijotes desnutridos,
Parias de libro, fumando habanos
Patriarcas del subsidio y del harapo
Viejos verdugos
De manos negras
Peregrino del expolio
Saqueador de iglesias
Los bufones una tribu de payasos inmorales
Contaminan el ambiente con su aliento
Esta estirpe de feos seculares.
ERES LA MAQUETA DE UNA TIERRA DESOLADA
Eres la maqueta de una tierra desolada,
El mapa de un desierto sin puntos cardinales
Eres un laberinto de oscuros recovecos
Donde crecen la hiel y las medias verdades
Pregonero de historias que no son tuyas
Arlequín rosa palo
Titiritero triste, buscando bulla
Buitre invisible
Inquilino de alturas indivisibles.
Ladrón de mitos, arpía grácil
Cuentacuentos del metro………….de lengua fácil
Peón de los colosos marginales
Eunuco vocinglero de memoria frágil
Arquero mercenario de otras fronteras
Idealista a sueldo de mil banderas
Pedigüeño de aplausos por las aceras
Meritorio del bodrio bolchevique,
Brigadista honorario de la canalla
Buscavidas
Pendon del pelotón de la litrona
Filósofo licencioso, músico errante
Truhán de feria,
Gárgola licenciosa de las cornisas
Crepitar de silencios……………aúlla en tu risa
Sacerdote del Dios de los dispendios
Paladín de las ninfas de trote trémulo
Soldado en el asfalto……. Del quinto infierno
Sátiro milenario, bufón ingenuo
Minotauro macabro, trotaconventos
Cantarín de soflamas
Atizador del sufrimiento que se apaga
Letrado en doctrinas incendiarias
¿en nombre de que hombres
y que batallas,
enarbolas la espada?
acolito de la ira y de la daga
Predicador de lejos,
Donde no peligre la bolsa, ni el pellejo
.
Juglar de prostíbulo barato
Danzante en los suburbios de Sodoma
Sultán de odaliscas cortesanas,
Fauno de alcoba ( abandonada)
Revendedor de sueños
Adulador de golfas,
Atizador del sufrimiento que se apaga
Acolito de la ira y de la daga
Rapsoda del desliz y el disparate
Trovador de la nalga y la entrepierna
Portavoz oficial de tus miserias
Depredador de vírgenes mancilladas
De Heroínas y diosas de tez ajada
Sátrapa ocioso,
Saqueador de antros de carretera
Donde beben sus lagrimas las Magdalenas
Charlatán de gustos refinados
Desertor de la cazalla y de la quina
Auxiliar de la broca y la estopada
Tipógrafo de imprenta clandestina
EL VINO
en sus troncos retorcidos
En sus sarmientos talados
hace la escarcha su nido,
Muerde sus flancos leñosos
con rabia brutal el frío
Y en su madera rugosa
el hielo acera su filo
Y en el vientre impenetrable de la cepa
….. Duerme el vino.
Regresara la primavera transparente
Rescatara la vida del olvido.
El sol calentara las vides gélidas,
La lluvia lamerá sus pies invictos,
La savia aflorará como un torrente
Y en la savia primera
………………..late el vino
Florecerá la vid
Se vestirá la cepa
De pámpanos, sarmientos y zarcillos
Y mecidos por la mano del verano
A la luz inclemente del estío
Arropados por la sombra de las hojas
Cuajaran diminutos los racimos
Y en el tímido agraz…….
………se esconde el vino.
El sol incandescente sobre el campo
El sol incandescente en los caminos
El sol incandescente en los viñedos
El sol incandescente en los olivos
Lentas horas de sol encadenadas
Lentas horas de sed forjan el vino.
La canícula brutal pinta las uvas
Y antes que el otoño se asome al calendario
Cosechando mil matices de morados
la vendimia volara sobre el estío
Preso en los granos generosos,
Negros de sol, de sed, de frío.
Por el hollejo prieto atenazado
Dulce y rubí
……..palpita el vino
Estalla en el lagar
El mosto poderoso
Catarata de luz, torrente vivo
Amalgama de aromas
Rió goloso.
Torrente de color
Susurro y grito
Plegaria celestial
Beso, sollozo
Milagro, arte, calor
…………………………. Vida es el vino
…………………………………
En la umbrosa quietud de la bodega
Al abrigo de los soles y los fríos
Impaciente por tus labios y tu boca
Ávido de ti……………. espera el vino.
CASTILLA
En el viento ondean las soledades
Brasa es la luz del sol
Quema la tierra.
Y la simiente bajo el surco que la entierra
Arde, por la sed amortajada.
Agoniza la silente sementera
Segada por el filo del invierno,
Ya es desierto amarillo, paramera,
Rastrojos en el atrio del infierno.
Ante la mirada absorta
Del cielo en que Dios sestea,
El miedo relampaguea.
Bajo el azul transparente
Mudos, callados, silentes,
Los barbechos olvidados
Donde el hambre del ganado
Sobre la sequia crece.
Las mieses ya no se mecen
No ondulan bajo la brisa,
Se agostan lentas,…………sin prisa
Del firmamento olvidadas.
Trilla el petreo mediodia
La parva del desaliento,
Y esparce en manos del viento
Una estela de cenizas
……………………………….a un suelo que nadie pisa.
Si La MuErTE Me SoRprEnde
Que la tierra no me lastre,
Que no me engulla el silencio,
Que la noche, no me castre.
Que no se pudra mi cuerpo
En el claustro de la Madre,
Que mis huesos no se queden
Tapiados sin luz, ni aire
Ni se perpetué mi nombre
Sobre una losa implacable.
Que ni una huella de mi
Vagamente me delate.
Si rompo las ataduras
Quiero vagar en el aire,
Sin rumbo, sin horizonte………
Quiero ser brisa impalpable
……. Que se borre mi recuerdo
…….Se difumine mi imagen
Y que la tierra me olvide
Y el infinito me abrace.
Que no doblen las campanas
Que repiquen o se callen.
Que los cirios no oscurezcan
Con su tristeza la tarde
Ni se marchiten las flores
Ni las lagrimas amarguen.
No quiero un suelo sembrado
De cruces, fosas y mármoles.
Quiero amplitud de horizontes,
Oteros inalcanzables,
Quiero aleteo de palomas
No el sonido monocorde ,
De las campanas que tañen
Quiero praderas de hierba,
Barrancos y pedregales
Bosques, cerros, montes, lomas
Campo y campo interminable
Que nadie rece en voz baja
Una plegaria agobiante
Que el silencio que me ciña
Solo el alba lo reclame.
Y al alba mi alma paloma
Levante el vuelo y taladre
Los espacios amarillos
Que al infinito se abren.
Si alcanzo la libertad, quiero ser aire, en el aire